Una de esas
bandas que están ahí, en la vida de todos, desde siempre, que pasa por todos los
estadíos; descubrimiento, indiferencia, cariño, redescubrimiento y así
sucesivamente. Los conoce todo el mundo, todos escuchamos sus hits, esos temas
que cuesta volver a escuchar por lo gastados que están, pero no muchos se han
metido a investigar minuciosamente la discografía de los californianos. Hay
hallazgos y sorpresas a lo loco.
Por empezar los Doors, a diferencia de muchos de la época, no suenan a banda de los sesenta, los discos están muy bien grabados, la manera de componer y arreglar las canciones es prácticamente futurista. Uno escucha Kinks o los Beatles y los discos suenan de acuerdo al momento en que fueron registrados, con los Doors no. Atemporalidad absoluta, se podría decir.
Y después está Jim Morrison. Uno de los más grandes cantantes de rock and roll de todos los tiempos. Podés cagarte de risa de sus conatos poéticos, su imagen pública, la manera en que lo han pintado en ciertas películas y libros, pero no podés pasar por alto lo que es Morrison como cantante. En ese apartado es imbatible. Como Elvis o Sinatra, saca adelante las canciones más pobres o intrascendentes, él sólo con su voz, su voz contra el mundo.
Como detalle histórico se puede recordar que los Doors tenían material para dos discos antes de entrar a un estudio y de ahí es que se hicieron The Doors y Strange Days, para la altura de este, el tercero, tenían que hacer algo más difícil; ponerse a componer en medio de las giras, en el estudio, bajo presión, drogados, en pedo y con todo el viento en contra. Cómo es que salen con un disco como Waiting for the Sun bajo el brazo, es una especie de milagro rockero. Este disco tiene “Hello, I Love You” que no creo que a nadie la haga falta volver a escuchar en su vida y con ese empieza el asunto, de ahí en más agarrate fuerte para lo que se viene. La melancolía de “Love Street”, un temazo de la mano de “Not to Touch the Earth”, impresionante desde cualquier punto de vista, psicodélico, asfixiante, atemorizante, uno de los grandes temas olvidados de los Doors. ¿Qué banda tiene supuestos rellenos de la calidad de “Wintertime Love”? En este mismo disco están “The Unknown Soldier” y “Spanish Caravan” y si todo eso te parece poco termina con “Five to One”, uno de esos temas-manifiesto, medio inocentes desde su perspectiva pero, otra vez, como Jim Morrison es un cantante de otro mundo, comprás, te lo crees.
Como prueba de que estaban escasos de temas, en los bonus de la indispensable reedición, no hay prácticamente nada, salvo el sobrevalorado “Celebration of the Lizard”, uno de los ejemplos de todo lo que no vale la pena en una banda que, cuando picaba alto, era impresionante. Casi siempre.
Escuchar en YouTube o en Spotify.
Chequear también:
The Doors - The Soft Parade
Ray Manzarek - The Golden Scarab
The Collectors - Grass and Wild Strawberries
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