Deben ser
una de las bandas más bastardeadas y prejuzgadas de la historia del rock
hispano-parlante. De manera tan injusta como entendible. Aparecieron con El rock de la playa, eran de Mar del Plata, tenían todos
alrededor de veinte años, imitaban a los Beach Boys y medio que “la pegaron” en
seguida. Como todos los que salen mucho en esa máquina de triturar gente que es
la TV, terminan hartando hasta al más paciente. A pesar de que lo que hacían les
salía bien y nadie lo había hecho acá todavía, reírse, ser fiestero y
divertirse siempre fue el peor pecado en las tierras de los profetas cara de
orto. Después crecieron, se vienen a vivir a Buenos Aires (porque todos sabemos
dónde es que Dios tiene sus oficinas) y evolucionaron mucho.
Nadie se enteró, lamentablemente.
Encima en
este disco les volvió a pasar algo parecido. ¿Mala suerte? ¿Ineptitud? ¿Malos
managers? Justo cuando el país se prendía fuego salen con “Como estamos hoy…”,
que fue usado por los programas sensacionalistas, para
retratar a una Argentina que sangraba por todos sus poros. El tema era bueno,
algo tenía evidentemente, los tipos estaban atentos a lo que pasaba afuera con
el rock garagero y sucio de The Hives, White Stripes y toda esa camada. Pero
nadie soporta que un tema suene hasta cuando levantás una piedra. Ya era el
momento en que nadie escuchaba discos enteros y fue una lástima
porque Mancha registrada está repleto de grandes canciones. Los tipos tiran
toda la carne al asador en este disco, es algo así como el Álbum Blanco de los
Super Ratones.
Lo que abunda es el power pop al estilo Teenage Fanclub, los temas más guitarreros de los Jayhawks y el pop de estribillos luminosos de Blur, antes de que se pusieran pretensiosos. Pero en todos esos temas hay alguna idea o instrumento de color que habla de ellos como grandes artesanos de la vieja, querida e inmortal canción. Hay gaitas en “Decime qué te hicieron”, bossa nova -pasada por el filtro de los Kinks- en “Cosas perdidas” y pastiches que harían la envidia de Jeff Lyne y su Electric Light Orchestra en “Yo sigo”. El admirable “El peso del mundo es amor”, atiborrado de ideas originales en sus más de siete minutos de duración. El golazo viene de la mano de “Más allá del sol”, uno de los grandes temas olvidados de la década anterior, estaría muy cómodo adentro de All Things Must Pass.
¿Quién sabe?… quizás cuando pase el tiempo y nadie se acuerde de la parte extra-musical, los Super Ratones puedan ser reconocidos como lo que son; una muy buena banda.
Escuchar en YouTube o en Spotify.
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Super Ratones - ¡Urgente!
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