sábado, 21 de septiembre de 2013

Arctic Monkeys - AM


Los Arctic Monkeys son una banda fácil de odiar. No hace falta decir que a los que escuchamos muchos discos y estamos hasta el cuello en este asunto, nos encanta odiar bandas. Y la verdad es que hay muchos motivos; todo el mundo sabe lo que cuesta empezar, arrancar, que te presten atención y que te pasen en las radios. Estos pibitos estaban por todos lados y eran anunciados como La Gran Cosa Nueva cuando ni siquiera habían sacado un disco. Fueron una de las primeras bandas en sacar partido del boom de Internet y YouTube en particular. Otros también los odian porque los escuchan las chicas, o sus hermanas menores, un argumento tan válido y roquero como cuando cierta gente les gritaba “putos” a los hippies por llevar el pelo largo.

Está de más decir que muchos de esos odiadores profesionales ni siquiera se tomaron el trabajo de escucharlos.

Una lástima porque son buenos, tocan bárbaro, cambian mucho de un disco al otro, tienen un cantante con personalidad y muchísima onda y encima son una de esas bandas que funcionan como termómetro de nuestros días, como cronistas de lo que pasa por la cabeza de la generación que representan, sin caer en las simplificaciones o en el bajón post-Valium que caracteriza a una gran parte de la música moderna/actual.

Después de haber hecho punk hiperquinético, canciones pop perfectas, rock pesadito medio a lo bestia (no muy creíble, ese último) de la mano del amigo Josh Homme, el capo de Queens of the Stone Age, ahora viene el turno del disco bailable de los Arctic Monkeys, como se podría caratular al flamante AM. No es tan así, como era de esperarse. Se puede decir que la pieza central del disco es “No. 1 Party Anthem”, que no tiene nada que ver con lo que su título sugiere, sino más bien lo contrario, es Alex Turner mirando a la pista vacía, dejando que la mente vaya a parar a lugares melancólicos y un poco tenebrosos. En medio de una melodía beatlesca, al estilo Harrison, más de uno se arrancaría varios pelos por sacar de la galera una canción como esta. También hay mucho groove y rastros evidentes de funk pero está muy lejos de la música idiotizante que parece ser la consigna o lo que se entiende como “música para bailar” en la mayoría de los lugares destinados para tal fin. Si vamos a bailar y va a sonar “Why’d You Only Call Me When You’re High?” será más que bienvenido pero es difícil que se convierta en un hit masivo a menos que lo enchastre algún DJ berreta, de esos que tanto abundan.

Hay falsettos, ritmos pegadizos, estribillos con gancho y mucha producción, pero AM está muy lejos de ser un disco pasatista, bolichero o como quieran llamarle. Sí es nocturno a más no poder, sexual, atractivo y sugerente. Rock ‘n’ roll, digamos.







Escuchar entero en YouTube o en Spotify.







Chequear también:

T. Rex - Futuristic Dragon
Arctic Monkeys - Favourite Worst Nightmare
The Last Shadow Puppets - The Age of Understatement



4 comentarios:

Mariano dijo...

O sea que no les dió ni media chance!!?!?!? Que forro!

la pocha dijo...

ahora escuchando mgmt y manic street preachers nuevo, la verdad ninguno de los dos garpa ni medio, a ver pegale una escuchadita y tirame alguna buena cancion,brother, igual el de arctic monkeys me gusto

Mariano dijo...

Tiro cinco nomás que me gustarón:

- Arborea: Fortress of the Sun
- Bill Callahan: Dream River
- el de Billy Bragg (DISCAZO)
- Eleanor Friedberger: Personal Record
- Jacco Gardner: Cabinet of Curiosities

Centrofovar dijo...

A mí me gustan el de Suede y el de Bowie, aunque a éste creo que le sobran varios temas.
El de Depeche ni lo escuché, si bien soy fan, y de solo pensar en los temas de Martin Gore cantando como cabra vieja me da escalofríos.

Estaría bueno que se ponga de moda el EP.


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